miércoles, 18 de febrero de 2009

Pasos de nieve

| |

Me encuentro en la puerta de embarque de un avión que en breves partirá hacia Atenas, con un periódico alemán y un café gratuito en la mano, de esos que como buena española nunca rehuso.

Faltan tres horas y pico para mi viaje de vuelta a Madrid y a otros asuntos que dejé suspendidos.

Ahora estoy en Munich aunque esta mañana el sol me despertara en Varsovia, entre graznidos de pájaros negros. Tan negros que parecen insultar al blanco invernal polaco. Tan inquietantes como para merecer el apelativo que acostumbran: Kafka.

(Hay nombres deliciosamente maravillosos).

Tardaré una primavera en sacarme este regustillo a zubrówka de las encías. Tardaré sin embargo, veinte, en dejar de esperar la llegada del tranvía. El ferrocarril urbano con billete al siglo pasado, del que no bajan los mismos que suben.

-Hay dos tipos de cosas: las que cambian y las que te cambian- pienso mientras evoco el crujir de los pasos de nieve. Yo no sabía que la ausencia de frío en el cuerpo pudiese congelar un alma.

1 comentarios:

Ir arriba
DisasterGirl dijo...

Me encanta como escribes... aunque casi no entienda nada ;)

 
 

Diseñado por: Compartidísimo
Con imágenes de: Scrappingmar©

 
Ir Arriba